Esos lugares en los que nace la inspiración (I)

Hay personas que no son como las demás. Imagínate la escena: una familia, en una playa, dedica su tiempo de descanso a hacer castillos de arena para sus niños. A su lado, el creador de joyas no dedica su tiempo de la misma manera. En vez de castillos hace, junto a sus hijas, figuras y esculturas con lo que encuentra en la orilla y que luego plasmará en sus obras. La inspiración es caprichosa.

De cualquier momento, de cualquier situación, de cualquier material con el que se tope en un paseo puede brotar una potencial pieza que más tarde desarrollará en el taller. La textura de la arena le sugiere cómo será el resultado final de la joya que lleva tiempo rumiando; en una rama que pisa ve de pronto la forma que tendrá una pulsera; en un vidrio marino que encuentra en una playa escondida de Galicia puede estar el embrión de la colección ‘Arena y mar’, inspirada en materiales y colores propios de la costa y forjada como complemento a los diseños de Ulises Mérida.

Él es diferente al resto. No puede quedarse sentado, no puede dejar de pensar en su obra: la que existe y la que está a punto de nacer. Le gusta darse largos paseos por la orilla. Una idea se le aparece casi mágicamente. Acostumbra a garabatear estas imágenes cuando le surgen para luego desarrollarlas en el atelier; pero no tiene cómo: se las ingenia para hacer un bosquejo en la arena, añadirle conchas, piedras o lo que encuentre y captar el primitivo diseño con el teléfono móvil. Cualquier método es útil si sirve para dejar constancia de esta fugaz inspiración. Se manifieste donde se manifieste.

Así nacieron también las joyas de la colección ‘Arena y mar’. Solo que esa imagen que surgió con unos vidrios de una playa junto a la isla de La Toja se enriqueció con la aportación en el momento justo de Ulises Mérida: unos cristales marinos llegados directamente de la costa de Florida. Todo en estas piezas, desde el vidrio de Murano hasta la cadena de plata, es tratado cuidadosamente en el taller para sugerir una apariencia marina, como moldeada por la arena. En el taller todo es posible: del mar hasta ti, pasando por las manos del orfebre.

 
Mientras, el creador seguirá dándole vueltas a sus ideas. Es diferente a los demás. Las ideas, ya lo sabes, le asaltarán en cualquier momento, en cualquier parte: sea la costa gallega, las playas cántabras, los Montes Torozos… Pero esa es ya otra historia.