Siempre hay algo nuevo que aprender. De un paseo, de una visita, de un lugar nuevo, de un rincón de la historia. La capacidad que uno tiene para sorprenderse es ilimitada. Desde la apertura de su primer local en Valladolid hace más de 30 años, el trabajo de Kiko Contreras no se entiende sin esta búsqueda continua.
Una búsqueda continua que le ha llevado a investigar con nuevos materiales, nuevas ideas; a viajar por todo el mundo con su obra; a conseguir que actrices y modelos luzcan sus joyas; a diseñar el galardón de la Seminci; a seguir investigando.
Una búsqueda que comparte con quienes a él acuden para dar forma a sus aspiraciones.
Siempre, un aprendiz.