El momento en que todo encaja

A veces, no es sencillo encontrar a alguien que comparta tu visión, tu forma de hacer las cosas, tu pasión. Pero hay ocasiones en que, buscando o casi por una cuestión de azar, te lo encuentras. Y sencillamente lo ves. Ves que de esa mirada en común, de esa sensación que tienes cuando por fin lo has encontrado, puede surgir algo.

 
Precisamente eso ocurrió cuando tras una conferencia, Kiko Contreras entabló conversación con el ponente. El diseñador Ulises Mérida veía las cosas de la misma manera. Y de esa conversación nació la idea: ¿por qué no unir ideas de ambos? ¿Por qué no dar con una obra única que vaya acorde con la imaginación de los dos? Si la joya se adecúa a las facciones de quien la lleva, ¿por qué no iba a hacerlo toda una colección al trabajo de un diseñador?

 
De este encuentro nació la idea; de la idea, el trabajo en el taller. Y el resultado se llama Arena y Mar, la colección que esta semana se ha presentado en el espacio de Ulises Mérida en Madrid.

 
A veces, alguien te muestra algo, aunque sea un pequeño objeto. Y, de alguna manera, te llega. Quieres darle forma, trabajarlo. Eso ocurrió con lo que, después, se convirtió en la razón de ser de Arena y Mar: una colección de vidrios que Ulises trajo de la playa en un viaje por Florida. Algo aparentemente sencillo.

 
Pero que requería un trabajo minucioso.

 
En el taller nacieron ideas, largos procesos de horas y horas, y, de nuevo, más ideas. El vidrio se enfría; mientras, el artesano piensa y forja las obras en su cabeza. El resultado, una colección de piezas que resultan en un elogio a la versatilidad.

 
Hay tantas posibilidades como imaginación tengas.

 
Son obras que no admiten un único aspecto, que se adaptan. Exactamente igual que tú; y que nosotros.